Plantó una semilla en su interior, en el lugar más oscuro, donde nadie la pudiese encontrar jamás.
Aquella semilla sin darse cuenta empezó a crecer, pero la luz no podía entrar, ni el agua podía regarla. Así que aquella semilla se alimentó de toda la oscuridad que habitaba en ella, creciendo cada vez más y más.
Hasta que un día la raíz de aquella semilla entró en estado descomposición pudriendo todo aquello que se encontraba a su paso, sin dejar nada vivo en su interior.
Sleepyhead